Las claves de una transición exitosa de kínder a primaria

Las investigadoras Alejandra Vijil y Dánea Mairena identificaron un problema en la adquisición de la lectoescritura inicial (LEI) durante la transición de kínder a primer grado de primaria en Nicaragua. En esta entrevista de la Red para la Lectoescritura Inicial de Centroamérica y el Caribe (RedLEI) revelan lo que descubrieron.  

 

El problema

 

Alejandra Vijil es una educadora e investigadora con una maestría en Psicología Educativa. Hay tres datos que la hicieron decir “¡aquí hay algo! Esto tiene efectos en la lectoescritura, tiene efectos en el desempeño en primer grado, pero no se está discutiendo, no se está investigando en la región”: 

 

  1. El déficit en la comprensión lectora: únicamente el 22 por ciento de los estudiantes estaban comprendiendo lo que leían (Castillo y Vijil, 2013).
  2. La motivación por la lectura y la escritura decrecen a medida que avanzan en el sistema escolar: entre más contacto tienen con la escuela menos les gusta leer y escribir (Mata,2011).
  3. Cuando no hay un vínculo sano entre educador y estudiante en términos de aprendizaje se puede comparar con tener un déficit cognitivo (Commodari, 2013). 

 

Dánea Mairena -educadora e investigadora con una maestría en Educación y Aprendizaje- considera que fue muy importante experimentar “Nos pusimos a pensar ¿qué tal si, para que el cambio no sea tan brusco para los niños, transita la profesora de preescolar a primer grado?… sistematizamos preescolar y primaria mediante la transición de tres etapas: vínculo, escritura creativa, y escritura convencional (alfabética)”. 

 

Los resultados de la investigación

 

Con esta investigación, ambas investigadoras lograron validar una metodología que facilita la adquisición de la lectoescritura inicial tomando en cuenta la transición de kínder a primaria. 

 

“Nos permitió demostrar que acompañar ese proceso de transición desde el preescolar al primer grado con una metodología basada en preguntas, alimentar ese vínculo socioafectivo y asegurar la motivación de niños y niñas a través de distintos métodos y actividades sí tenía un efecto positivo en la adquisición de lectoescritura inicial en todos los aspectos; porque logramos medir conciencia fonológica, comprensión narrativa, comprensión lectora, decodificación, deletreo, etcétera”, señaló Alejandra. 

 

Un ejemplo que mencionó Vijil en el tema de la codificación de la escritura convencional es el deletreo: “eran actividades que los niños y niñas no querían hacer y al inicio del primer grado se veía que iban retrasados en comparación con sus pares, con otros niños y niñas de su edad; pero, al terminar el proceso de sistematización, pudimos comprobar que estos niños y niñas superaron a sus pares. Para mí, ese fue el primer gran descubrimiento, sobre todo en la capacidad de inferencia, cuando se compara con el promedio internacional estos niños y niñas estaban casi al nivel de niños de segundo grado”.

 

Por su lado, Mairena indicó que otra de las cosas que no esperábamos fue descubrir que cuando el niño escribe lo que quiere, lo que siente, él aprende. Si él dice ‘quiero escribir abuelita, porque le quiero decir que la quiero mucho‘, sabemos que es un niño que no se sabe esas letras todavía, pero le ponemos la palabra abuelita… Entonces el niño empieza a venir con más demandas”. 

 

Mairena continúa explicando: “El niño escribe lo que quiere escribir y eso le funciona. Otro resultado que fue contundente es el vínculo con la docente: es bien importante que la docente sea como uno de ellos, alguien a quien quieren y que saben que está con ellos… Cuando hay espacio, por ejemplo, de lectura el niño va a leer por placer y la profesora también trae su libro y lee lo que la profesora quiere leer, entonces los niños pueden acercarse y decirle ‘¿qué estás leyendo profesora?‘, fueron de las cosas que observamos”. 

 

Las estrategias exitosas

 

Estas son algunas estrategias recomendadas por las autoras de la investigación: Lectoescritura Inicial: una transición con sentido para la enseñanza de LEI. 

 

  1. Hacer todo lo necesario para que la maestra y los niños y niñas tengan una relación sana y de confianza. Esto es preciso por la complejidad del proceso de aprendizaje para el cerebro y por lo importante que es para los niños saber que cuentan con alguien que los acompaña en este momento de vulnerabilidad. 
  2. Motivar. Crear espacios donde la lectura sea por placer, que los niños y niñas elijan que leer, recordarles porqué la lectura y la escritura tienen sentido.
  3. Saber hacer preguntas inferenciales de lo que no está en el texto, como forma de ayudarles a mejorar su comprensión. Fomentar el espíritu crítico en niños y niñas, aun cuando son muy pequeños; entender que son seres capaces de tener una opinión propia y emitirla; hacer las preguntas correctas, no realizar preguntas cuando se sabe qué respuesta se quiere, sino reales, donde todas las respuestas son válidas. 

 

Además, hay tres condiciones que facilitan el proceso de aprendizaje: proporción adecuada de estudiante-maestro, que la docente se sienta apoyada para innovar, y que tenga tiempo y acompañamiento para planificar la clase. 

 

Educación remota en emergencia

 

Durante esta transmisión en vivo, surgieron preguntas relacionadas al contexto actual de pandemia por COVID-19, y sobre cómo acompañar de manera efectiva a través de la modalidad en línea. Estas son algunas de las ideas que las investigadoras dieron a la audiencia. 

 

  1. Mantener el vínculo cercano entre docente-estudiante. Esto se puede lograr al dedicar tiempo especial a sesiones lúdicas en línea, como fiestas de disfraces, juegos interactivos en línea, entre otros. 
  2. Fomentar la relación cercana entre la docente de kínder y la docente de primaria. Esto permite que se realicen actividades que ayuden a crear vínculos, por ejemplo, mediante la lectura de cuento semanal a los niños de kínder por la profesora de primer grado. 
  3. Organizar actividades de intercambio de experiencias que promuevan que los niños de primer grado apoyen a los niños de kínder. Por ejemplo, orientar a los niños de primer grado a escribir un libro de consejos sobre “cómo sobrevivir a primer grado”. Esto ayuda a que los más pequeños estén preparados para el primer grado. 
  4. Garantizar que la oferta educativa sea inclusiva. Esto se logra ajustando las soluciones a las necesidades del grupo de clase, manteniendo la calidad. Por ejemplo, mediante recursos audiovisuales, adecuando plazos y probando métodos. 

 

Ambas investigadoras finalizaron la entrevista invitando a las educadoras y los  educadores a construir vínculos cercanos y de cuidado con sus estudiantes. Esta conexión es la que les dará los resultados esperados. 

 

Lee la investigación: “Lectoescritura Inicial: una transición con sentido” 

Mira aquí la entrevista completa: “Buenas prácticas en la transición de Kínder a Primaria”

 

5 1 vote
Article Rating