Leer y escribir: habilidades fundamentales para toda la vida

Rhina Solís – Psicóloga, formadora de docentes en servicio de El Salvador

 

La lectoescritura siempre ha sido de especial interés en mi ámbito laboral y personal. Considero que la lectura y la escritura son habilidades fundamentales que las personas debemos desarrollar, porque abren el campo del conocimiento y posibilitan un aprendizaje permanente a lo largo de la vida.

 

Pero debo reconocer que no todos tenemos la oportunidad de aprender a leer y a escribir para comunicarnos, expresar nuestros pensamientos o sentimientos. Muchas personas aprenden lo básico para firmar un documento, leer una dirección, sobrevivir en un mundo en el que predomina la exposición a mensajes escritos o verbales.

 

En el curso “Enseñanza y aprendizaje de la escritura” impartido por la Red para la Lectoescritura Inicial de Centroamérica y el Caribe (RedLEI) comprobé que aprender a leer y a escribir es algo más que descifrar el código lingüístico, escribir palabras o transcribir textos.

 

La falta de comprensión lectora o la escasa producción propia de textos ha propiciado bajo rendimiento académico en las escuelas. Este fenómeno se observa a lo largo de los países de América Latina, lo que indica deficiencias en el sistema actual de enseñanza-aprendizaje.

 

El curso nos ha permitido adentrarnos en el campo de la investigación educativa, elaboramos nuestras propias indagaciones y propuestas de hipótesis para determinadas problemáticas observadas en las aulas.

 

Otro factor interesante en este curso fue el tratamiento integral de la problemática de la lectoescritura en los centros escolares, es decir, se abordó el complejo proceso de cómo ocurre la escritura desde los procesos cognitivos, lingüísticos, afectivos, motores, perceptivos que intervienen en la dinámica neuronal de la niñez, que marcan varias rutas hacia el aprendizaje de la escritura. Estos aspectos son muchas veces desconocidos para los docentes que tienen a su cargo la importante tarea de “enseñar” a leer y a escribir.

 

En este sentido, el curso abrió la posibilidad de aportar al sector de docentes en servicio y a los que están en formación, para tener una nueva visión con respecto a la enseñanza de la escritura y encontrar nuevas rutas para el logro de ese fin. Queda el compromiso de trabajar con grupos de docentes para compartir estos conocimientos, algunas de las técnicas abordadas, pero sobre todo motivar la investigación en las aulas.

 

En la actualidad, empecé una serie de círculos de estudio con un pequeño grupo de maestras de primer ciclo, interesadas en conocer nuevas o diferentes formas de abordar la enseñanza de la lectura y la escritura en su centro escolar. Durante el desarrollo del curso, compartimos con los demás participantes, algunas técnicas, metodologías e ideas que serán de utilidad para los docentes.

 

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