Galardón RedLEI: maestras finalistas en El Salvador
El Galardón RedLEI es un reconocimiento otorgado por la Red para la Lectoescritura Inicial de Centroamérica y el Caribe (RedLEI) a docentes con buenas prácticas en lectoescritura de países de la región: Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y República Dominicana. Estas son las buenas prácticas de las maestras finalistas en El Salvador:
Verónica Alvarado, primera finalista
La profesora cuenta con 20 años de experiencia y actualmente trabaja como docente de kínder 6, de preprimaria en la Escuela de Educación Parvularia José Misael Ramos de Sensuntepeque, Cabañas. Verónica ha implementado la buena práctica de lectura titulada “El poder de las palabras”, con la cual busca desarrollar la coordinación visomotriz y óculo manual por medio de actividades lúdicas como dibujo, modelado, pintura, música y literatura.
Esta práctica está basada en el método Doman, la niñez con ayuda de la maestra aprende a reconocer palabras e identificarlas en oraciones, esto se refuerza con actividades como la escritura de la grafía de las palabras o la relación de imágenes con la grafía de las palabras. La docente busca hacer esta relación de una manera dinámica, colocando carteles con los nombres en los diferentes objetos o lugares de la institución educativa y posteriormente los niños y las niñas “van en una aventura” buscando palabras y leyéndolas.
Alvarado comenta que esta metodología es de bajo costo ya que, el personal docente con interés en aplicar esta práctica puede iniciar realizando carteles con 25 palabras y posteriormente ir sumando otros carteles con nuevas palabras. También recomienda no hacer lecciones largas y ser paciente con los niños y las niñas. Lo importante es que sea una experiencia de aprendizaje lúdica, evitando situaciones de estrés o frustraciones para la niñez y su familia.
Norma Ramos, segunda finalista
Tiene 21 años de experiencia trabajando en el Ministerio de Educación de El Salvador (MINEDUCYT), actualmente es docente en el Centro Escolar Caserío Santa Mónica en Ozatlán, Usulután. Para su práctica “Mi lectura, mi aventura” la docente trabajó con un grupo de 16 niños y niñas entre los 4 y 6 años (Aula multigrado), para este proceso tuvo el apoyo de los padres y madres de familia.
Su práctica está basada en la metodología Montessori, la cual consiste en que la niñez explore su entorno, identifique el significado de las palabras y luego asociarlas con fonemas. Además, se apoya en la literatura que proporciona la Secretaría de Primera Infancia.
Uno de los grandes logros de su práctica se reflejó en una madre de familia que no sabía leer ni escribir. Durante el acompañamiento a su hijo en su proceso de aprendizaje, logró aprender las vocales y comenzó a escribir las palabras que el niño aprendía.
Como docente con experiencia en un aula multigrado, con niñez de distintas edades, recomienda que los procesos de aprendizaje de la lectura se adapten a la etapa de desarrollo socioafectivo, cognitivo y de psicomotricidad. Sugiere respetar el ritmo de aprendizaje en cada niño y niña, entender la diversidad de situación socioeconómica y dinámicas de crianza en cada uno de los entornos familiares.
Es importante destacar que los recursos necesarios para implementar esta buena práctica se pueden realizar con elementos reutilizados, de uso en el hogar como: tapones de botellas, papel reciclado, cartón reciclado o libretas que los estudiantes han utilizado en años anteriores. Esto facilitó que los padres, las madres o representantes de familia dieran acompañamiento a sus hijos e hijas durante las clases a distancia, ya que cada familia asume la responsabilidad de elaborar los recursos con las indicaciones de la docente.
Martha Sandoval, tercera finalista
Ella posee 27 años de experiencia trabajando con el Ministerio de Educación de El Salvador (MINEDUCYT), por más de 15 años se ha desempeñado como maestra de apoyo a la inclusión y actualmente trabaja como docente de primer grado con la niñez que tienen problemas de aprendizaje.
La metodología que utiliza es: “Tarjetero para la enseñanza de la Lectoescritura Integral” (TELEI), busca trabajar los procesos de decodificación, la escritura mecánica, clasificaciones semánticas, entre otras habilidades de la comunicación.
El método es propio de la docente y cuenta con derechos de autor; sin embargo, para desarrollarlo también se ha fundamentado en la metodología Montessori, que consiste en clasificar palabras por medio de tarjetas, con el diferenciador que estas contienen ilustraciones. Así los niños y las niñas podrán mejorar su comprensión oral, no solamente decodificar la palabra, sino entender lo que leen. La maestra destaca que muchas veces cuando la niñez aprende a leer con libros tradicionales lo que hace es memorizar la ubicación de cada palabra, pero si se utiliza el tarjetero hay garantía que están aprendiendo a leer.
La recomendación de la docente a otros colegas que enseña a leer y escribir es que se actualicen constantemente, que innoven en los recursos y no utilicen siempre los mismos libros, sino que busquen desarrollar procesos más integrales para enriquecer el vocabulario y ortografía. De esta forma lograr que la niñez pueda desarrollar la habilidad cognitiva requerida para una comprensión lectora a nivel literal, crítica e inferencial.
Estas tres buenas prácticas de enseñanza de la lectoescritura son el resultado de años de experiencia, compromiso, pasión, dedicación y amor en el ejercicio docente. Además, las maestras desean que los niños y las niñas puedan tener un acceso al derecho de una educación con calidad y desarrollo integral.
Para el Departamento de Ciencias de la Educación, de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas es una motivación para continuar trabajando en el fortalecimiento del aprendizaje de la lectura y escritura, especialmente de la niñez en una condición de vida socioeconómica desfavorable. Con alegría, felicitamos a estas docentes por sus buenas prácticas implementadas en pro de la lectoescritura salvadoreña.